Los buitres no negocian: los créditos revendidos a grandes fondos dispararán las ejecuciones
Bankia le ha vendido a un fondo buitre una cartera de préstamos al consumo valorada en 1.354 millones de euros.
Los expertos dicen que estos fondos consumen menos tiempo en renegociar los créditos porque les sale más rentable quedarse directamente con las garantías.
Los fondos oportunistas están calentado el verano
financiero español. Los conocidos como fondos buitre llevaban detrás de
los activos de la banca desde el estallido de la crisis y es ahora
cuando, por fin, le están hincando el diente a las carteras crediticias
de las maltrechas entidades financieras españolas. Sus nombres son de
sobra conocidos en el mundo de las finanzas. Entre otros, están: Corsair
Capital, Cerberus, Carlyle Group, Blackstone, Apollo, York Capital
Management, Guggenheim Investment, Oak Hill o TPG. Compran créditos pero
también carteras de viviendas y cualquier saldillo de activos
debidamente empaquetado.
Una de las últimas ventas de
carteras crediticias ha estado protagonizada por Bankia. El coloso
financiero nacionalizado por el Gobierno vendió recientemente tres
carteras con créditos valoradas en 1.354 millones de euros a una serie
de fondos de inversión. Estos portfolios están integrados por 76.000
operaciones, un 80% de las cuales son créditos al consumo para
particulares. El resto, es crédito al consumo para autónomos y
financiación a pymes, como préstamos, cuentas de crédito y descuento
comercial. Esta fue su tercera venta de paquetes crediticios, valorados
en total en unos 2.300 millones de euros.
Bankia se
deshace así de los activos tóxicos que aún quedan en su balance, después
de haberse librado de los créditos ligados al ladrillo al traspasarlos
al banco malo. Pero los impagos no están asociados solo a la vivienda.
Aún quedan miles de millones de euros que respaldaron la venta de coches
y de otros productos de consumo.
Ahora, la cuestión
es qué pasa con los créditos traspasados. En principio, el que tiene
contraído el préstamo no tendrá que devolverle la financiación a Bankia
sino al fondo buitre que haya adquirido su préstamo. Según los expertos,
a partir de ese momento, la cuestión adquiere un cariz más jurídico que
económico. “Este tipo de fondos suelen contratar a un bufette de
abogados y a un gestor de crédito que se encargan de llevar a cabo los
trámites necesarios para cobrar los préstamos, puesto que en general son
firmas extranjeras que apenas tienen presencia e infraestructura en
España”, asegura José Carlos Díez, profesor de Icade y autor del libro
“Hay Vida Después de la Crisis”.
Díez explica que
este tipo de fondos consigue sus beneficios gracias a los bajos precios a
los que adquieren los paquetes crediticios. Fuentes financieras
aseguran que este tipo de operaciones suelen llevan un descuento del
95%, por lo que, de aplicarse a la operación de Bankia, la entidad
presidida por Ignacio Goirigolzarri habría ingresado unos 68 millones de
euros. “Pagan tan poco por estos paquetes de deuda, que el mínimo
recobro de los préstamos a través de la negociación con el cliente les
supone una rentabilidad inmediata”, asegura Díez.
Así
las cosas, los buitres no negocian porque hacen negocio de la ejecución
del préstamo sin mucho problema. Para un banco tradicional, por
ejemplo, ejecutar un crédito respaldado por un coche se convierte en
realidad para un problema. Pero los buitres logran con acuerdos ad hoc
gestionar este tipo de activos y sacarles provecho, gracias a que los
han comprado prácticamente gratis.
En este sentido,
otra fuente de beneficio rápido es la ejecución de los avales, que, en
principio, es más agresiva que la realizada por los bancos, según Díez.
Un acreedor, ante un préstamo impagado, se ve ante la disyuntiva de
negociar el pago del importe adeudado o ejecutar la garantía pactada con
el cliente para asegurarse el cobro del crédito. Este aval, en el caso
de un crédito al consumo, suele ser la nómina del titular o de un
familiar, pero si ninguno puede hacer frente al pago, el acreedor puede
embargar el bien adquirido con el crédito para hacer caja con su venta. A
estas alturas de la crisis, la banca no está interesada en ejecutar las
garantías materiales, porque no tiene infraestructura suficiente para
vender, por ejemplo, una gran cantidad de coches embargados. Los fondos
buitre, por su flexibilidad, pueden contratar servicios que les permitan
obtener ingresos con la venta de un bien material.
Javier Díaz-Giménez, profesor de Economía del IESE, discrepa en parte de
esta teoría y cree que este tipo de fondos de capital riesgo –rechaza
el nombre de fondos buitre- negocian más que los bancos, ya que, gracias
a su flexibilidad, cuentan con una mayor capacidad para gestionar
cobros de forma individualizada. “Los bancos tienen una gran rigidez y
no pueden solucionar este tipo de problemas. De este modo, estos fondos
dan liquidez a un paquete de créditos impagados”, asegura Díaz-Giménez.
El profesor explica que la forma de actuar de estos inversores es muy
sencilla: gestionan los cobros de forma individualizada después de haber
pagado por ellos un precio muy bajo, “lógico, teniendo en cuenta que se
llevan lo peor”. Esos paquetes suelen incluir deudas de todo tipo, por
lo que sacan más margen de los créditos “mejores”. Por otro lado,
Díaz-Giménez desvela que estas inversiones no siempre son exitosas, pues
en ocasiones, estos fondos “pueden llegar a perder dinero”.
http://www.eldiario.es/economia/negocian-creditos-revendidos-dispararan-ejecuciones_0_162733880.html
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